miércoles, noviembre 18, 2009

Nostalgia es:

Una mañana te levantas recuerdas lo que son los días...
Te miras estas en el lugar, existes, vives.
Las cosas cambiaron no es el mismo lugar, ni la misma comida,
La habitación no tiene el mismo aroma, la piel ya no es igual.
Pero te miras por fuera y entonces algo te quema…


Es tu ser que te grita y te observa…

Te dice que todo cambio te exige que sueltes la cuerda…
La caída es libre y el limite la pasión.
Miras a los lados, aprietas tus manos….
El salto ya ha iniciado...
(Buen viaje… suerte)

martes, noviembre 10, 2009

La mente es creativa.

Nostalgia es:

Un día en la tierra natal de Florencia, el señor Manuel le comentaba su teoría de vida en la que el aseguraba morir solo. Decía:
“Yo no me veo morir con una esposa o rodeado de nietos.”

Manuel un tipo de aproximadamente unos 45 años, amable siempre con una sonrisa, alegre, gusta de silbar en los pasillos y considerados por muchos un hombre falto de pasión (nada más falso), además le gusta contar chistes y siempre saluda de mano. Apretando fuerte y con una sonrisa que por lo general invita a darle un abrazo.
Además pienso que Manuel, tenia al menos 5 0 6 hijos con diferentes mujeres, puesto que jamás recibía llamada de algún hijo u esposa habitual.
Le gusta leer cosa que al resto de los empleados en el área no le es muy grato a menos que tenga técnicas para incrementar ventas, por ello era fácil y entretenida las platicas entre Florencia y el. No era el mejor vendedor pero sí el más honesto y simpático del lugar.

Era común ver a Florencia y a Manuel sentados en un pasillo del jardín, siempre ligeros y por lo general en un ataque de risas que al resto solo le podía generar descontento ya sea por pensar que era de ellos o bien por querer hacerlo pero temiendo bajar sus ventas del día. Aun así Florencia y Manuel siempre se saben el tiempo para hablar de casi todo pero con humor:
*Ventas
*Amigos
*Comida
*Libros
*Poesía
*Amores y ocasionalmente Ventas.
Un día Manuel a quien Florencia casi desde que llego aprecio, le decía en una de esas charlas después del respectivo chiste del día. Él le decía que el cerebro es tan increíble que hace que recordemos tanto el pasado que parece doler, pero es tan poderoso que puede lograr que situaciones que jamás existieron. Esas situaciones pueden ser producto de un desamor, una ilusión o tan solo una necesidad que el alma opaca y reproduce en una memoria falsa.
Ese día Florencia y Manuel hablaban de envejecer, del miedo a morir solos, del valor de la pareja, pero del importante valor de los amigos.
En ese tono es donde surge la interrogante de ¿si amamos o nos amaron?
De si llegaremos a amar de manera intensa como los poetas en sus libros, o las mentes creativas en las películas. La discusión era en torno a si alguna vez Florencia o Manuel habían sentido la sangre quemar, o el corazón desfallecer por alguna persona, nombre o beso. Se preguntaban si alguna persona había logrado mover en ellos las fibras del ser. Si el recuerdo que en ese momento parecía ser dolor era real, o solo un reflujo de esa memoria falsa de gente que ni siquiera existe puesto que es la necesidad de creer la que les dé cualidades que no existen.

Manuel un caballero que poco dice de forma clara de su vida personal, pero que si se tiene la mente alerta uno puede escuchar a través de sus ojos, sus manos y sus movimientos corporales, o incluso en el desayuno. Suele tener los mejores consejos o de no serlos al menos los que se necesitan escuchar en ese momento para quitar el micrófono a la falsa memoria.
Ese día Florencia tenía ese sabor a té de menta en los labios.
¿Cómo es el sabor?
Simple: Fresco, con ganas de mas, pero solitario.

Nadie mejor que Manuel, para conversar, mirada suave, sentido protector, amigo leal, ante todo un caballero, siempre con un abrazo desinteresado, una sonrisa tibia, una mano que te dice: Todo estará mejor te tienes a ti.
Manuel es por mucho el mejor bono que el empleo de ventas pudo dar a Florencia.
En otra ocasión y con una taza de café con canela hablaremos más de Manuel.




martes, noviembre 03, 2009

Monedas

Nostalgia es:

En nuestros días tenemos gente.

En los bolsillos tenemos monedas, algunas son para comprar aquello que nos mantiene en vida.



Otras son solo monedas…



Unas mas son el cambio de un producto que asumíamos comprar, pero jamás tuvimos...

Entonces reviso el bolsillo y esa moneda resultado de la pieza que a insustancial placer pensaba adquirir. Y ahora que la observo con mesura presenta un valor diferente.

No es la moneda más pura, tampoco la de mayor valor, pero ahora entre la morralla del bolsillo parece que su luz fuera la que envuelve.

La mente es absurda y es entonces que la moneda parece tener más denominación que nunca.

Entonces en un momento el producto que de inicio era como un capricho como un adorno que uno piensa no necesitar, se convierte en algo como el café de la mañana. Sabes que puede hacer daño pero necesitas el sabor de ello para solo dar inicio al día. No lo bebes por fanatismo o para calmar un ataque instintivo de ansiedad, es su sabor lo que es grato.


Uno regresa a la otra orilla, mira el bolsillo. Observa las monedas, se da cuenta que el cambio de lo trivial pudo dar más experiencia que el peso que representa cargarlo en la memoria.

domingo, noviembre 01, 2009

Florencia y Dominic

Nostalgia es: Florencia y Dominic.


¿En qué medida se encuentra la cordura?
¿En que mano se toma la rienda?

Hace un par de días que la mente de Florencia no deja de taladrar el nombre de Dominic.
¿Es que acaso la obsesión sabe a enojo?

Desde ese día:

Florencia procura no mirar por las baldosas del día en que con ardiente deseo miro llegar a Dominic, quien a estas alturas pare ya ser más un retazo de manta sobre el que Florencia no quiere dejar de pintar.

Dominic entonces gallardo y airoso aquel día, experto en artes y gusta de fotografía, capto de Florencia los mejores momentos, la risa, al manos, los besos y dejo para el postre aquello que llamaremos sexo.

Para Dominic la vida hasta hoy está llena de excesos y su temor más fuerte: La serenidad.
Como no. Si ella indudablemente lo llevara a sí mismo... Florencia en cambio no se da ni por enterada que la serenidad llego y está instalada en la habitación, la mira, le habla pero Florencia parafrasea diciendo que es nostalgia.

Entre tanto Dominic, no es más que la sombra de lo que se llama Libertinaje. Florencia mira a la alcoba es pequeña y está ahora tan llena de serenidad, que ella prefiere mirar por el balcón y ver a Dominic: su piel, sus ojos, sus manos… las manos.

Pero es entonces que Dominic no deja que Florencia escuche a la serenidad, le llama, le dice y le escribe que lo que por el balcón mira no es más que la prueba de que por dentro aquello le quema.

Florencia entonces se apresura toma en una mano el bolso y con la otra recoge las telas de su vestido que arrastran por los mosaicos de aquella casa. Dominic tiene ese rostro que parece gritar tener todo resuelto, nada más falso que eso.

No es entonces que Florencia sea ingenua, ni que Dominic sea cruel.

Es tan solo el fantasma de lo que ella desea, lo que añora que con arrebato llegue, la estúpida fantasía de aquello que la serenidad le decía: No esperes, no existe.

Florencia entonces guarda los consejos y mete al cajón los malos recuerdos. Vuelve a mirar a Dominc nada más airoso que aquel caballero.

Dominic viste entonces, un pantalón color gris, camisa color crema, tirantes al tono y un reloj de cuerda con el que juega en las manos y con soltura guarda en el bolsillo.

(No he podido citar que las letras de Dominic parecieren telarañas de campo. )

Florencia parece dejarse seducir por ellas.

Florencia no escucha y no entiende. Dominic no es perverso es solo el reflujo de su pasado que lo baña en la enorme necesidad de saciar el ego. (Pero ya detallaremos después esto) Florencia no es más que eso... Flor que se mira y con vehemencia ansia tenerse.

El encuentro está pactado entre Florencia y Dominic.

Los padres de Florencia imaginan que esa tarde ella salga a sus lecciones de piano.

Entre tanto Dominic armado de ese toque galante y la actitud de caballero que solo los libros y una buena memoria de las letras que de ellos ha comido, ha citado verla tras el jardín de la iglesia.
F

Florencia a puesto en su cuello el doble de fragancia teme no ser tan bella como Dominic imagina y ha olvidado lo que de ella impacta.

Olvido el carisma…


Dominic tiene entre manos, un par de estrategias nada armado, solo mira en su billetera las fotos de lo que ha conquistado.

Se pregunta si esto es como esas notas que tan celosamente guarda en su billetera, se pregunta si costara más trabajo. Pero lo que no imagina es que en los adentros de su ser lo que a Dominic le pasa se llama miedo...


Podría gustarle o confirmar que no es más que el vomito de su libertina vida, que en un grito desesperado le recuerda que las cosas no solo con un tónico y un tratamiento se erradican.


Lo que Dominic quiere no darse cuenta necesitar, se llama valor...


Algo que Dominic parece haber olvidado en los últimos años.

15 minutos faltan para el encuentro


No serán ya mas cartas, o mensajes que con la servidumbre se envíen.

Serán sus caras, serán los cuerpos que en cartas han deseado tanto, serán los labios que no han dejado querer tener uno del otro, será la oportunidad de saber el olor de Dominic, será la ocasión de poder tener de cerca el cuerpo de Florencia...


Solo faltan 15 minutos ya...

Lo que ese día paso lo contare en otro fragmento.


(Ahora el Tango me reclama su atención... Salud.)